La transformación digital no es una cuestión de tecnología, sino de estrategia y de nuevas formas de pensar.
Textualmente como describe este magnifico libro del profesor David L. Rogers de la Columbia University, las reglas del negocio han cambiado. En todos los sectores, la difusión de las nuevas tecnologías digitales y el surgimiento de nuevas amenazas disruptivas están transformando los modelos y los procesos empresariales.
En la era digital actual, las empresas enfrentan un desafío constante para mantenerse relevantes y competitivas. En su libro "Guía Estratégica para la Transformación Digital", David L. Rogers ofrece una visión profunda y práctica sobre cómo las empresas pueden aprovechar las oportunidades de la transformación digital para impulsar el crecimiento y la innovación.
El profesor Rogers plantea 5 dominios, sobre los que impacta la Transformación Digital. Estos dominios aportan una visión clara y operativa para entender de qué estamos hablando, cuáles son sus efectos, cómo diseñar la Nueva Generación de Organizaciones, e implantar una nueva forma de operar y competir a través del Business Agility.
La Transformación Digital: Un Imperativo Empresarial
La transformación digital no es solo una tendencia, sino una necesidad para las empresas que desean sobrevivir y prosperar en un entorno cada vez más digitalizado. Rogers argumenta que la transformación digital es un proceso que implica más que adoptar nuevas tecnologías, sino que requiere un cambio fundamental en la forma en que las empresas piensan, trabajan y se relacionan con sus clientes.
5 Dominios de la Transformación Digital
Clientes
Competencia
Datos
Innovación
Valor
1. Clientes
En la era digital, nos estamos moviendo hacia un mundo que se define mejor no por los mercados de masas, sino por las redes de clientes. En este paradigma, los clientes están dinámicamente conectados e interactúan de manera que cambian tanto las relaciones entre ellos como con las empresas.
Los clientes hoy en día están constantemente conectados, se influyen entre sí y de esta forma determinan la reputación de las empresas y las marcas. El uso de herramientas digitales por parte de los clientes está cambiando la forma en que descubren, evalúan, compran y usan productos y también como comparten, interactúan y se mantienen conectamos con las marcas.
2. Competencia
El segundo dominio de la transformación digital es cómo las empresas compiten y cooperan con otras empresas, pues según la tradición, estos conceptos se miran como opuestos binarios, compiten con empresas rivales y cooperan con los socios de la cadena de suministro. Actualmente, es común mirar la «desintermediación» digital que es cuando un socio comercial de largo tiempo puede convertirse en el más grande competidor de la empresa después de atender directamente a sus clientes. Hoy en día, vemos un mundo de fronteras fluidas en los rubros, que incluye competidores asimétricos, compañías de fuera de un sector que no tienen nada que ver con él, sin embargo, ofreciendo valor a estos clientes. Así como cooperación con un rival directo debido al modelo de negocio interdependiente o desafíos mutuos generados a partir de fuera de este rubro.
3. Datos
Se trata de cómo las empresas producen, administran y utilizan la información. Tradicionalmente, los datos se producían en una variedad de procesos propios del negocio: manufactura, operaciones, ventas y mercadeo, y estas informaciones resultantes utilizadas principalmente para evaluar, pronosticar y tomar decisiones. Hoy en día, es común enfrentarse a una inundación de datos con muchas fuentes diferentes, que incluyen cada conversación, interacción o proceso dentro o fuera de las empresas, generado por un río de datos no estructurados de redes sociales, dispositivos móviles y sensores en cada objeto de la cadena de suministro de la empresa. Estos almacenes de datos («big data») permiten nuevos tipos de predicciones, descubren patrones inesperados en la actividad comercial y desbloquean nuevas fuentes de valor. En base a esto, los datos son una parte vital de cómo las empresas realizan este proceso de operación, se diferencian y crean un nuevo valor en el mercado.
4.Innovación
Antes de la era digital, la innovación era costosa. Solo un producto tremendamente exitoso podría crecer para competir en el mercado internacional. Hoy, cada producto está en beta perpetua. Cada aplicación debe actualizarse semanalmente. Nada se consolida o finaliza antes de ponerlo en exhibición. La dinámica es crucial. Las tecnologías digitales permiten pruebas y experimentaciones continuas; procesos que eran inconcebibles en el pasado. Los prototipos se pueden construir por centavos y las ideas se pueden probar rápidamente con las comunidades de usuarios. Por lo tanto, el aprendizaje constante y la rápida iteración de productos, antes y después de su fecha de lanzamiento, se están convirtiendo en la norma.
5. Valor
La forma como los clientes perciben una marca definen la propuesta de valor de las empresas. Tradicionalmente, la propuesta de valor era considerada bastante constante, ya que los productos podrían ser actualizados, el proceso operativo podría mejorar, las campañas de marketing se ajustarían, pero se suponía que el valor básico ofrecido por una empresa no se cambiaba y estaba definido por su industria. En la actualidad, el negocio exitoso encuentra un punto de diferenciación en el mercado, centrándose en ejecutar y entregar mes tras mes una mejor versión de la propuesta de valor a sus clientes. De esta manera, adaptarse es la mejor respuesta ante la evolución constante, donde el cambio se convierte en una cuestión de vida o muerte. Las empresas deben centrarse en disfrutar las oportunidades emergentes, manteniéndose por delante de la curva del cambio.
A todo lo anterior hay que sumar que el éxito en el mercado actual no se trata solo de tecnología. Se trata de estrategia, liderazgo y una nueva forma de pensar. Las empresas no tendrán más remedio que adaptarse. Tendrán que identificar nuevos clientes, socios, canales de distribución, nuevas alianzas (tal vez incluso con la competencia), reconsiderar sus estructuras de costos y enfoques de la marca.
Adaptarse para competir o morir en el intento
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